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LA PLAZA LEVALLE DE CARHUÉ


La plaza original de Carhué constaba de cuatro manzanas de 100 metros por 100 metros, cortadas cada una por una diagonal que confluía en el centro de las cuatro.
Nuestra primitiva plaza no era más un espacio de maleza autóctona mantenida por los soldados de los cuarteles y unas diagonales, limpias a pala, que permitían llegar al centro de la misma en donde, seguramente, se encontraba la piedra fundamental del pueblo.

En 1884 el ingeniero Moreno, crea 5 plazas con una cuadrícula central y ocho trapezoides.

La plaza original se modificará según este diseño pero nunca se llegarán a diagramar las demás.
Algunos de estos trapezoides son otorgados o vendidos a fines del siglo XIX.
Ejemplo son el que ocupa la Iglesia, el Teatro y Parque, y las muchas casas particulares.
Lamentablemente no se conocen los motivos por los cuales se procedió a vender casi el 50 % de nuestra plaza, restándole una magnificencia dada en 1884, seguramente con una visión de una gran ciudad que, sería la capital de los nuevos territorios, como argumentaba Estanislao Zevallos en 1880.
Fue la plaza el sitio orientador e institucional de los primeros pobladores, en su mayoría extranjeros, que venían a asentarse por estas latitudes.

Podría decirse que nuestra plaza, pese a la corta existencia de la ciudad de Carhué tolera las mismas transformaciones que han sufrido todos los parques y plazas argentinos.

Contó desde sus inicios con la esfera militar, la eclesiástica, la gubernativa, la educacional y al mismo tiempo fue centro de celebraciones y esparcimiento, con el teatro, las Boites y las confiterías que, junto a los hoteles, conformaban básicamente la vida social de nuestro pueblo.

Su “jardinización” se produjo mayormente en la década del 20 cuando pasó a ser un verdadero jardín, en donde la banda municipal tocaba los domingos para entretener a los paseantes.

Si se observa la actual plaza surgen datos que corroboran esta etapa: composiciones simétricas y trazados regulares en donde se nota el afán por dominar la naturaleza, todas las características del modelo francés introducido en Argentina por los Arquitecto Buschiazzo y Courtois en donde predominan el uso del agua, las fuentes y el verde.

Aún hoy persisten testigos materiales de aquellas épocas como por ejemplo las farolas de iluminación, sus recorridos, las fuentes y algunos bancos.

Algunos carhuenses recordarán el “kiosko” central que tuvo sus orígenes en la primer Pérgola para la banda que fuera construida alrededor de 1890.
Luego de más de 70 años y muchas renovaciones en 1978 fue demolida para erigir el monumento al fundador.
También a partir de los años 20 se comienzan a dar paso a los monumentos, esculturas y hoy, especialmente por los elevados costos, a los monolitos recordatorios.
Se ha tratado de insertarlos pero casi siempre terminan desentonando, quitando esplendor y eliminando cada vez más espacios verdes.
En virtud a esto el Concejo Deliberante impuso un freno en la colocación de monolitos.




Fuente: Documentos del Museo de Carhué